Sonreír más y quejarse mucho menos. Tratar de buscar en los desafíos nuevas oportunidades y hasta intentar salir de la conocida como zona de confort. Eso quien haya sido capaz de encontrarla en los últimos 365 días, que hay que reconocerlo, tampoco es que hayan sido muy fáciles. Fruncir menos el ceño y poner al mal tiempo buena cara. Siempre la mejor que se pueda. Decir más veces te quiero y también con menos frecuencia sí. Disfrutar todo lo que se pueda de las pequeñas cosas. Sobre todo, esas, porque las grandes a veces tardan en llegar un poco más de lo deseado… Todos estos y algunos más pueden ser muy buenos propósitos para comenzar el 2023.
No es ningún secreto, el orden y la limpieza mejoran el bienestar tanto físico como mental. Solo por poner un ejemplo, según la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos el 75% de las personas duerme mejor y más profundamente cuando las sábanas están recién lavadas.
Luego ya vienen los clásicos. Ahorrar más y gastar un poco menos; dejar de fumar, ese siempre debería de ser el primero; llamar más a la familia y ver a los amigos con mayor frecuencia; escribir un blog, plantar un árbol o sencillamente leer más; usar menos el móvil; enfrentarse a los problemas; dejar de soñar despierto y cumplirlos en realidad; comer sano y pedirle a la abuela sus recetas; hacer más deporte e ir al gimnasio, este año ya no vale solo con estar apuntado; aprender un idioma (o mejor dos); no buscar más excusas y, sobre todo, no volver a hacer jamás un propósito de Año Nuevo que no se piense cumplir…
Oosouji: la milenaria tradición japonesa de empezar el año limpiando
Hay muchos más, pero, sin embargo, el que nunca estará en la lista, y debería es ser un poco más limpio y, por supuesto, ordenado. Aunque no lo parezca a simple vista nunca es suficiente y no es tan raro. Lo saben hasta en Japón. Allí en vez de tomarse las uvas en Nochevieja lo que hacen es sacar las escobas, paños, plumeros y… ¡a limpiar! No es ninguna broma y, además, tiene su explicación. Es lo que los japoneses llaman Oosouji. Una tradición milenaria cuyo objetivo es recibir el año sin cargas, libres, limpios… Y qué mejor momento para hacerlo cuanto antes porque al final casi siempre pasa lo mismo. Los propósitos quedan solo en eso y ¿para qué esperar más para limpiar y ordenar la casa; vaciar los armarios de ropa que ya no sirve; tirar todo aquello que ya no usamos o dejar todo listo para comenzar una nueva vida?
Nuevo año, nuevos rituales y trucos de limpieza y desinfección
No hace falta exagerar tanto y quizá sea algo puede esperar, al menos unas horas más. Hasta el 1 de enero, para ya de paso aprovechar para recoger el confeti, las serpentinas y los matasuegras tan típicos de la última noche del año. En cualquier caso, desorden total al despertar al día siguiente, y mientras se escucha de fondo el concierto de Viena, puede ser el momento perfecto para comenzar a poner en marcha alguno de los siguientes propósitos. Tampoco es necesario cumplirlos todos así, de golpe y plumerazo. Paso a paso.
Inodoro; estropajos y paños de cocina; fregadero; grifos, bañeras, gomas de lavadoras y neveras; cepillos de dientes y sus vasos; suelos; tablas de cortar, dispositivos y aparatos tecnológicos; pomos y tiradores y juguetes son los 10 lugares del hogar con mayor cantidad de gérmenes.
Hay 12 meses por delante, aunque lo mejor es no dejar pasar mucho tiempo. La velocidad de reproducción de gérmenes y bacterias depende mucho de la cantidad de nutrientes que encuentren y en la suciedad y el desorden encuentran todo lo que necesitan. Poco a poco. Sin prisa, pero sin pausa, porque en realidad, la clave está en la constancia. Ya se sabe no es más limpio el que mucho limpia sino el que poco ensucia. Y también el que lo hace en profundidad. Nuevo año, nuevos rituales de limpieza y desinfección:
(1.) Deshacerse de las cosas que ya no se utilizan. Da igual si se trata de ropa, cosas inútiles y averiadas o de aparatos tecnológicos. Muy en sintonía con la filosofía japonesa. Dejar atrás lo que no necesita hace sentir mucho más ligero y ayuda a ver con más claridad todo. También para que no acumulen polvo y ácaros, entre otros. Los recuerdos se llevan en la cabeza y no a lo alto de la estantería o al trastero. De hecho, hay una máxima que funciona para ponerlo en práctica: si hace más de dos años que no lo usas es que realmente no hace falta, ¿no?
Solo así es posible dar el siguiente paso (2.) Limpieza que se ve y se siente. Despejar el espacio visual. Las prisas son malas consejeras y el paso del tiempo también. Por este motivo, el desorden va invadiendo las zonas más expuestas a la vista como repisas de baños y cocinas, estanterías del salón o escritorios. Ordenar los libros o retirar notas y papeles proporciona estabilidad y bienestar mental para el año nuevo. Además, su efecto se puede intensificar realizando una limpieza de olores. Sin duda, el aroma es una de las principales señas de identidad de cualquier espacio.
(3.) Mover los muebles y los electrodomésticos. Algo que así a primera vista puede dar un poco de miedo, pero que suele tener recompensa. Premio en forma de un objeto que se creía perdido tras el sofá o la cómoda del dormitorio. Eso, por un lado, porque por el otro hay gran cantidad de personas que no han limpiado nunca tras la nevera y eso que la compraron hace más de 10 años.
No puede pasar ni un día más como tampoco hay que esperar para (4.) Limpiar en profundidad cortinas, alfombras, colchones y otros textiles de la casa, por el mismo motivo que el propósito anterior. En un año, sin lavarlo, pueden proliferar en el edredón hasta 20.000 ácaros responsables de ciertas patologías respiratorias como asma y con las almohadas puede ser aún peor.
(5.) Utilizar productos de limpieza más eficaces y, sobre todo, respetuosos con el medioambiente como los de la amplia gama de G2 Green. De lavandería, para vajillas, generales desengrasantes, virucidas, biocidas, para tratamiento de suelos, enzimáticos, ambientadores y otros para servicios profesionales. Todos con formulaciones altamente concentradas en principios activos para una máxima eficacia al menor coste y para reducir el impacto ambiental en sintonía con el modo de vida de las personas y la filosofía de la gran mayoría de las empresas. Mayor calidad y rentabilidad.
¡También en 2023… Think big, clean green! ¡Feliz año!
