Descubre el secreto de limpieza para una celebración perfecta estas Navidades: el recibidor y los baños; aspirar las alfombras; eliminar los olores para crear un ambiente inolvidable; quitar el polvo del sofá y lavar los cojines; ordenar las estanterías y también la nevera, pero, sobre todo, prestar especial atención a la mesa para tener perfectas vajillas, cuberterías, mantelerías…
Una vez más… servilleta colocada suavemente sobre las rodillas. Bien, los codos fuera de la mesa. Sin inclinarse. Tenedor de ensalada, de pescado y de carne. El que más suele sonar es el primero. Los demás cubiertos son un poco liantes. Por eso, como le contó el Sr. Thompson a Julia Roberts en Pretty Woman, el truco está en contar las puntas. El de cuatro púas es para la carne, aunque a veces… el de ensalada también puede tener ese mismo número. Y otras veces… Lo que se le olvidó contarle es que hay una forma más sencilla de saber cuál es el correcto. De fuera a dentro será el orden de uso y en el que se servirán los platos. Es decir, que no es fácil saber qué cubierto es para cada cosa y menos si pasa como en la película y al final sirven ¡caracoles!
Pues hay que empezar a aprendérselo ya mismo porque no hay cena o comida en el año en las que se use más menaje que en las de Navidad. Desde Nochebuena hasta la Reyes todo es un ir venir de fuentes para los aperitivos, embutidos, gambas y langostinos; bandejas para carnes y pescados; o ensaladas, que hay quien también las toma en estas Fiestas. También de platos, bajoplatos, tazas para el consomé y eso sin contar con las salseras. Por cierto, estas últimas solo se usan dos veces al año y ahí está la clave para una mesa de Navidad, Nochebuena y Año Nuevo perfecta. Lo mismo sucede con las copas de agua, de vino blanco, de tinto y las de brindar con el cava; la cubertería o la mantelería. La lista sería interminable. Además, todas siempre tienen algo especial…
Todo lo que hay que limpiar antes de cada celebración de Navidad
Suelen ser objetos con una alta carga emocional. Recuerdos de familia que se guardan a lo largo de la historia, de generación en generación, para solo ser utilizadas exclusivamente en fechas muy señaladas como pueden ser las reuniones de Navidad. Porcelanas muy antiguas, manteles y servilletas de hilo bordados a mano, cristalerías de Bohemia, o utensilios de menaje de plata… Auténticos tesoros familiares y todos tienen algo en común más allá de su delicadeza. Son tan preciados que llevan guardados en vitrinas y aparadores aproximadamente 358 días. Por eso, antes de poner los alimentos sobre ellos y sorprender a las visitas, ¡hay que lavarlos bien lavados! Sorprender en la mesa, pero nunca con las manchas o el polvo con G2 Green.
(1.) Mantelería: Lo primero es lo primero. De tanto tiempo en un cajón, y aunque se hayan guardado lavados y planchados, pueden salir con machas amarillentas. Tiene solución si se usan los productos adecuados y se lavan a la temperatura correcta. Eso sí, también hay que prestar atención al material con el que hayan sido fabricados. No es lo mismo el algodón que el poliéster, ni mucho menos, los de lino que tienden a encoger. La gama de lavandería de G2 Green tiene el detergente perfecto para cada necesidad y evitar así sustos justo antes de poner la mesa. Ahora ya la única preocupación deberían ser las machas de vino tinto y salsa en la celebración.
(2.) Vajilla y cubertería: Siempre pasa lo mismo. No hay fiesta ni reunión sin que, al menos, se rompa una copa (o dos), vaso, plato o se caiga algún tenedor. Sin embargo, y antes de que algo de eso suceda hay que dejarlos limpios, relucientes y perfectamente desinfectados de ácaros y gérmenes. Lo mejor es siempre en el lavavajillas. Resultados inmejorables y más si se suele usar abrillantador, pero también depende del material y, sobre todo, la antigüedad. ¡Las porcelanas pueden dar hasta miedo! Por eso, muchos prefieren hacerlo a mano. No hay problema, siempre que se dejen secar al aire. Además, hay más de 1.000 razones para no hacerlo con un paño de cocina. Casi tantos como bacterias hay por cada cm2 en un trapo.
(3.) Cristalería: Por cierto, al auténtico as de copas de la Navidad sí que no le sientan nada bien los secados a no ser que sean con un papel. Tampoco le suelen ir bien trucos como el del vinagre y el limón que prometen brillos deslumbrantes, pero lo que le suele funcionar son los lavavajillas siempre que se sigan algunas indicaciones: no vale colocarlas de cualquier forma ni hacerlo a más de 55ºC. Es decir, que ni se toquen ni se golpeen para evitar roturas ni arañazos. Tampoco es una idea muy buena secarlas bocabajo y, sobre todo, hay que tener cuidado al ponerlas en la mesa para no dejar grabadas las huellas dactilares. No hay que dejar pistas a la policía o a los invitados. Eso, ya pasará con toda seguridad durante la comida y G2 Green tiene la solución.
Tres consejos para una mesa de Nochevieja deslumbrante
Complicado y ya se sabe… por no limpiarlas siempre se puede hacer como en Rusia, que tras el brindis van al suelo. Y no solo las copas… En cualquier caso, esto es lo básico para una mesa de Nochevieja deslumbrante, pero se puede hacer mucho más y aquí van tres consejos. El primero, es sobre la decoración, que esté presente, pero que no recargue. Algún detalle está bien, pero que no sobrecarguen. La aplicación práctica del menos es más también con las bolas, las luces y los renos de Papá Noel. Luego hay que pensar en el espacio. A pesar de todo lo necesario para la celebración, hay que dejar margen de maniobra, nunca mejor dicho. En caso contrario, lo normal es que la copa acabe sobre el mantel. Y, por último, hay que crear un ambiente único. Eliminar los malos olores, pero de la forma más natural y sin enmascararlos con perfumes.
Limpieza que se ve y se siente. ¡También en Navidad… «Think big, clean green«!
¡Felices Fiestas!
El equipo de G2 Green
