Bolas, guirnaldas, espumillones, luces, estrellas, figuras y otros adornos… Eso es todo lo que debería decorar el árbol de Navidad, y nunca insectos, ácaros, arañas, gérmenes y bacterias. Según un estudio podrían tener hasta 25.000 de estas indeseables presencias.

 

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No es la típica broma del día de los Santos Inocentes, pero hay muchas personas que sin saberlo tienen alergia a la Navidad. Tal y como suena. Tampoco es algo que tenga que ver con el gorro de Papá Noel ni está relacionado con el pelo de reno y de camello o con los nervios hasta que lleguen de los Reyes Magos. Curioso, pero pasa. Viene pronto, a principios de diciembre que es cuando se empiezan a decorar las casas, locales comerciales, restaurantes, hoteles y todas las calles… Ambiente inconfundible. Bolas, guirnaldas, espumillones, luces y portales de Belén con todas sus figuras, pero, sobre todo árboles. Ahí es donde suele estar el mayor de los problemas. Es abrir la caja o las bolsas donde se guarda y comenzar con los picores de nariz y también de ojos, el lagrimeo, la congestión nasal y los molestos e inesperados estornudos.

Abetos, pero también pinos… Según un estudio realizado por la State University of New York, en un árbol de Navidad natural se pueden encontrar hasta 53 tipos diferentes de moho de los que el 70% pueden desencadenar algún tipo de reacción alérgica.

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Lo que viene siendo un cuadro alérgico en toda regla y justo en el momento en el que comienza la magia y la ilusión de preparar y arrancar la Navidad. No es que sea tan extraño. Pasa mucho más a menudo de lo que se puede imaginar. Tiene su explicación y es de lo más sencilla. Llevan guardados en cajas y trasteros desde hace aproximadamente 11 meses acumulando polvo y, por tanto, ácaros. Eso si el árbol es artificial, porque si es natural puede ser peor. Además, cada uno de los ejemplares podría albergar hasta 25.000 presencias no deseadas como insectos, entre los que destacan psocópteros, polillas y arañas. Muchos más que el número de figuras del portal de Belén. Lo mismo pasa con el resto de elemento de decoración. Además, durante todo el tiempo, más de 30 días, que ambientan los hogares siguen acumulando más polvo, ácaros y suciedad.

La importancia de limpiar todos los adornos de Navidad

Por cierto, el mejor día para ponerlo es el día 8 de diciembre día de la Inmaculada Concepción. Eso es lo que marca la tradición del mismo modo que los Reyes Magos no deberían llegar al pesebre de ninguna recreación de portal de Belén hasta la noche del 5 enero. Importante estas dos fechas porque además son las en las que deberían limpiar todos los adornos y figuras. Antes de usarlos y después para guardarlos hasta el próximo año. No es habitual hacerlo. Suelen ir del trastero directamente al salón y luego en sentido inverso, pero en el camino pocos son los que al menos les pasan plumero, trapo o bayeta. Mucho menos lavarlos en profundidad para acabar con tal cantidad de gérmenes, insectos y bacterias que, como en todo lo que rodea al hombre, también las tienen. Además, en la limpieza de todo este tipo de objetos hay una particularidad.

Por este motivo, otro estudio realizado por la Asociación Caritativa de Asma de Reino Unido (Asthma UK) señala que durante el mes de diciembre aumentan considerablemente el número de enfermedades pulmonares, rinitis y conjuntivitis.

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Cómo limpiar un árbol de Navidad y los mejores productos para hacerlo

La mayoría son muy delicados y cuentan con una importante carga emocional. Son casi como de la familia y se han ido incorporando poco a poco. Recuerdos de viajes, regalos de personas cercanas… y, lo más importante, forman parte de la Navidad de cada casa desde hace mucho tiempo. Siempre han estado ahí durante todas las celebraciones familiares. Por eso, no todo vale a la hora de limpiarlo. Utilizar un producto inadecuado puede deteriorar las formas o los colores y una brusca manipulación puede acabar rompiéndolos accidentalmente. Además, están elaborados con infinidad de materiales desde cristales y porcelanas hasta maderas, plásticos o textiles. Todos tienen sus propias características, pero aun así se pueden seguir una serie de indicaciones para hacer que hasta el día de Reyes Magos brillen como nunca.

  • Árboles, adornos y otras figuras: Lo principal es eliminar el polvo y las posibles esporas del moho para evitar que se reproduzca. Por eso, ya sea natural o artificial, lo ideal es hacerlo en el exterior y mejor con la ayuda de un secador que de un aspirador. Además, se recomienda, si es posible, lavarlos bien con un limpiador antiestático que evite que se siga acumulando mientras ocupan un lugar privilegiado en el salón.
  • Luces de Navidad: Desenredar y lavar. Importante, porque también la acumulación de polvo puede afectar al normal funcionamiento de todos los complementos eléctricos. Al igual que el agua o la humedad. Por eso, antes de proceder con la limpieza hay que comprobar el nivel de protección frente a estos elementos. No todos tienen la misma y viene especificado en las propias luces.

Todo para que sigan brillando como siempre y no dejen de hacerlo en ningún momento como la estrella que guía a los Reyes Magos en su camino a Belén. Eso sí, tampoco hay que olvidar que la Navidad está muy relacionado con la naturaleza. Desde la nieve de Laponia donde crecen los abetos y los renos de papá Noel hasta la arena del desierto que pisan los propios camellos. Acebo, galcerán, musgo, muérdago… Siempre en sintonía con el medioambiente y, por tanto, es algo que hay que tener en cuenta a la hora de limpiarlos. Por este motivo, los productos G2 Green son altamente concentrados en principios activos y están comprometido con el desarrollo sostenible para satisfacer las necesidades actuales sin poner en riesgo los recursos naturales y posibilidades de las generaciones futuras.

La mejor prueba de esta filosofía empresarial es su completa gama de limpiadores Ecolabel para que la Navidad, sea siga siendo eso, blanca Navidad, pero también verde y sostenible.

 

¡Think big, clean green!