¿ Cuál es la formula de la rentabilidad y eficiencia en el lavado profesional de vajillas y cristalerías?
Temperatura, mínimo a 55º; duración, entre 90 y 120 segundos dependiendo del sistema de lavado profesional de vajillas; mecánica, alta presión del agua; químicos, altamente eficaces. Solamente si se cumplen todos estos parámetros y, además, se aplican en una perfecta proporción se puede asegurar un resultado higiénicamente perfecto y, sobre todo, económicamente rentable.
No hay nada que cause peor impresión al sentarse a la mesa de un restaurante que un plato rallado o decolorado, una copa sin brillo o manchada, o un cubierto con restos incrustados. Sin duda, la vajilla es una de las mejores cartas de presentación de cualquier bar o establecimiento hostelero. Más incluso que el diseño del propio menú. Se escogen con cuidado. Formas, colores, tamaños, materiales, decoraciones… Todo se tiene en cuenta para crear una experiencia única, pero antes de servirlos a los comensales hay que tener en cuenta otro aspecto: la limpieza.
La limpieza es uno de los criterios fundamentales determinantes a la hora de elegir un restaurante o una cafetería. El 99% de los clientes de estos establecimientos solicitaría un cambio de menaje si no estuviera en perfecto estado y más del 87% sencillamente no volvería.
Tampoco es solo cuestión de imagen, aunque a nadie le gusta llegar a una barra en la que se van acumulando y amontonado los restos de los servicios anteriores. Además, puede ser un foco de transmisión de gérmenes, bacterias o virus. Y eso sin contar que la vajilla es un bien limitado en este tipo de establecimientos y que si está sucia ocupa más espacio y entorpece el desarrollo más o menos normal del resto de tareas dentro de la cocina. Desorden, suciedad y menor eficiencia y rentabilidad. Por eso, G2 Green ha desarrollado su propia fórmula para optimizar su lavado.
Factores que influyen en el lavado profesional de vajillas, cristalerías y cuberterías
Solo cuando se alcanza una reducción considerable de bacterias y virus en menaje, vajillas, cristalerías y cuberterías se considera que el proceso de lavado es apto. El nivel de eliminación de gérmenes depende de muchos factores como el tipo de material, pero, además existen cuatro parámetros que deber ser tenidos en cuenta y estar perfectamente equilibrados para un resultado perfecto y, siempre, con el menor coste: temperatura, tiempo, mecánica y producto químico.
(1.) Temperatura: Fundamental para conseguir la máxima higiene y desinfección, prolongar la vida útil de la vajilla en óptimas condiciones y, a la vez, conseguir la máxima eficiencia, ahorro y rentabilidad. Hay que tener en cuenta que el mayor gasto a la hora de poner en marcha el lavavajillas en bares y en restaurantes, al igual que en casa, es el de la energía necesaria para calentar el agua. Más importante que el del producto que se utilice para hacerlo. En cualquier caso, cuando se habla de limpieza y desinfección no hay que escatimar. Por eso, la temperatura mínima recomendada es de 55ºC y debe ser constante durante todo el ciclo de lavado. Menos, no siempre significa más, como se suele decir, pero hay que tener cuidado con algunos elementos del menaje. Sin ir más lejos, para las cristalerías no se recomienda superar los 65ºC.
(2.) Tiempo: Entendido siempre como de contacto con los productos de limpieza. Es decir, el margen temporal que transcurre entre el inicio del ciclo de lavado y el comienzo de la fase de aclarado, pero no siempre es igual en todos los lavavajillas o sistemas profesionales. Mientras que en las máquinas de un solo tanque con 90 segundos es suficiente para conseguir un resultado higiénicamente satisfactorio en los trenes de lavado con varios este tiempo se amplía hasta los 120. No es necesario más, pero también es importante saber que una pequeña extensión del tiempo de contacto mejora considerablemente el nivel de higiene.
Tanto para lavavajillas de un solo tanque como para los de múltiples depósitos, la temperatura mínima de lavado para garantizar la máxima higiene y desinfección debe ser de 55ºC, pero varía el tiempo de lavado. En los primeros durante 90 segundos y en los segundos 120 y, en cualquier caso, utilizar siempre un detergente y abrillantador adecuados.
(3.) Mecánica: Más seguridad y máxima rentabilidad para un resultado perfecto siempre que se utilicen productos adecuados y activos. Evidente, pero no tanto. Por este motivo, durante todo el ciclo de lavado se debe asegurar una aplicación eficiente de detergente y abrillantador sobre todas las piezas de menaje que se han introducido en el lavaplatos. La clave es asegurarse de que la presión del agua es suficiente como para diluir todos los agentes limpiadores y para llegar por igual a todas las piezas de vajilla, cristalería o cubertería. La única manera de asegurar la eliminación de cualquier suciedad. Lo mismo a la hora del aclarado que para retirar cualquier resto de detergente.
(4.) Químicos: Absolutamente determinantes. Tanto o más como la suma de todos los factores anteriores. No todo vale a la hora de limpiar y menos si de lo que se trata es de los utensilios en los que se preparan y sirven alimentos. Los productos químicos empleados deben haber sido formulados específicamente para su uso en lavavasos y lavavajillas industriales. Los de uso doméstico no son adecuados. El detergente debe tener la capacidad de eliminar de forma eficaz cualquier tipo de suciedad presente en los mismos por muy reseca o adherida que se encuentre. Por su parte, el abrillantador debe asegurar la creación de una capa fina de agua en la superficie de la vajilla para facilitar un secado rápido. Además, siempre es recomendable la utilización de agentes limpiadores de alta alcalinidad. Máxima higiene y rentabilidad con G2 Green.
Mak Brill 2×1 de G2 Green: máxima eficiencia y rentabilidad en lavaplatos profesionales
La forma más eficiente y rentable de lavar los platos en cualquier establecimiento de hostelería ya sea en un bar, restaurante o comedores de la restauración colectiva. Detergente líquido 2 en 1, para una máxima higiene y desinfección a la vez que reduce los costes, optimiza y agiliza los procesos. Además, al incorporar abrillantador en su formulación y en la misma aplicación permite obtener la máxima limpieza y brillo profesional al mejor precio. Ahorro en otros productos, de almacenamiento y en tiempo de mantenimiento. En realidad, triple eficiencia.
Mak Brill 2×1 de G2 Green es todo lo que se necesita para un lavado deslumbrante y está indicado de forma especial para el lavado automático de vajillas, cuberterías y cristalerías en una amplia variedad de máquinas lavavajillas de ciclo y túneles de lavado. De alta concentración elimina rápidamente las grasas más persistentes y las manchas y restos más incrustados. Además, tiene un bajo poder espumante que facilita el aclarado mientras elimina con facilidad las manchas más complicadas. No hay nada que se le resista: salsa, café, vino, té y cualquier residuo orgánico.
No acaban ahí las ventajas porque, por otro lado, mantiene el interior de la máquina brillante y sin incrustaciones asegurando su correcto funcionamiento por más tiempo y prolonga la vida útil de las vajillas. No produce ningún tipo de ataque químico que puede comprometer ni su forma, composición, brillo, color o apariencia. Siempre como nuevas, limpias y en perfecto estado para el próximo cliente. Más ciclos de lavado, mayor duración y máximo ahorro. Utilizarlo es aún más sencillo que sacarle rentabilidad. Entre 1,5 y 5 gramos por cada litro de agua a una temperatura óptima de 60ºC. La fórmula G2 Green de la eficiencia en lavavajillas…