La eliminación de alérgenos en superficies de trabajo y utensilios de cocina hasta el control de plagas y la educación sobre prácticas seguras de manipulación de alimentos, la limpieza es un factor clave para proteger a las personas con alergias alimentarias, sino que también promueve la conciencia y la responsabilidad.
Sin gluten, sin leche, sin huevo, sin soja, sin legumbres… Es un hecho. Cada vez hay más alergias alimentarias y es algo que se puede comprobar con solo ir a un supermercado. El número de productos que las tienen en cuenta va en aumento. Incluso ya se pueden encontrar secciones completas dedicadas a estos alimentos. No es para menos. Se estima que entre el 1% y el 3% de los españoles tiene una alergia, no confundir con intolerancia, de este tipo. También ha mejorado el etiquetado. Desde el maní hasta los mariscos, las alergias alimentarias pueden desencadenar respuestas inmunológicas graves que ponen en peligro la vida de quienes las padecen.
Ahora es más fácil saber que alérgenos contienen sin leerse por completo la letra pequeña de la lista de ingredientes. Tampoco hace falta preguntarle al camarero. Todo aparece ya bien claro en el menú. Sin embargo, por muy bien identificados que esté no hay que confiarse porque a la hora de manipularlos o elaborarlos se pueden producir contaminaciones indeseadas.
Sin embargo, parte de la solución es más sencilla de lo que parece: la limpieza contribuye a un entorno más seguro y saludable para todos y es la perfecta aliada en la lucha contra las alergias alimentarias.
Importancia de la limpieza en la prevención de alergias alimentarias
#1. Reducción de la presencia de alérgenos: No hay duda, la limpieza adecuada puede ayudar a eliminar los alérgenos alimentarios tanto de las superficies de trabajo como de los utensilios de cocina o los propios electrodomésticos en los que se almacenan y elaboran. Importante en todos los ámbitos, pero especialmente en los entornos en los que se manipulan alimentos como pueden ser cocinas comerciales o domésticas. La razón es muy sencilla, los restos de frutas, verduras, carnes y pescados… contienen proteínas que pueden desencadenar reacciones alérgicas a personas sensibles. Sin embargo, no todo vale a la hora de desinfectar…
#2. Eliminación de residuos de limpieza: …ni tampoco en el momento de limpiarlo todo. Por eso, es importante asegurarse de que los productos de limpieza utilizados sean aptos para la industria alimentaria y, lo más importante, que no dejen residuos que puedan a su vez volver a contaminar los alimentos y desencadenar ciertas intoxicaciones o, en casos especiales, nuevas reacciones alérgicas a alguno de sus componentes. Por este motivo, se recomienda utilizar productos no tóxicos y que cumplan con las normas de seguridad e higiene alimentaria (norma HA) y aun así enjuagar adecuadamente las superficies y utensilios después de lavarlos.
#3. Prevención de la contaminación cruzada: Solo así es posible evitar la contaminación directa y también la cruzada que es la que ocurre cuando un alérgeno se transfiere de un alimento a otro, ya sea por contacto entre ellos o a través, precisamente, de las superficies, utensilios o equipos y electrodomésticos empleados en su elaboración. ¡Está claro! Mantener un ambiente limpio y desinfectado ayuda a prevenir esta transferencia de alérgenos y reduce el riesgo de exposición accidental a los mismos. Eso sí, también hay que tener en cuenta otro aspecto más. En la mayoría de las ocasiones se produce a través de las manos. Por eso, es fundamental…
- Higiene personal: El aseo personal, como lavarse las manos regularmente, es crucial para prevenir la contaminación de los alimentos susceptibles de contener alérgenos. Las personas que los manipulan deben asegurarse de lavárselas adecuadamente antes de realizar cualquier tipo de preparación e incluso cada vez que cambian de ingrediente. Sobre todo, sin son potencialmente conocidos por causar alergias.
Los alérgenos presentes en los alimentos son proteínas que desencadenan una respuesta inmunitaria en personas sensibles, lo que puede resultar en reacciones alérgicas que van desde leves hasta potencialmente mortales. Estos alérgenos pueden encontrarse en una amplia variedad de alimentos, desde productos lácteos y frutos secos hasta mariscos y gluten.
- Control de plagas: Hay mucho más… porque la limpieza adecuada ayuda a prevenir la atracción de insectos y de otras plagas que pueden contaminar los alimentos con cualquier tipo de alérgenos. Estos seres vivos, al igual que las manos humanas, pueden transportar partículas de alimentos alérgenos de un lugar a otro, aumentando así el riesgo de contaminación cruzada y, por tanto, de exposición accidental.
#4. Minimización del riesgo de infecciones alimentarias: Ya no es solo cuestión de controlar las proteínas alérgenas contenidas en determinados alimentos como leche, huevos, cacahuete, o soja. Va más allá. Es una cuestión global que abarca a toda la industria alimentaria y que, además, ayuda a prevenir la propagación de determinados virus y bacterias que desencadenan otro tipo de enfermedades transmitidas por los alimentos. Algunos de las más conocidas son la Salmonella, o el E. coli, pero también noravirus o hepatitis A, entre otras.
#5. Cumplimiento de las normativas de seguridad alimentaria: En muchos lugares del mundo, existen regulaciones estrictas de seguridad alimentaria que requieren prácticas de limpieza y saneamiento adecuadas en establecimientos que manipulan, sirven o venden alimentos. Solo así es posible cumplir con todas ya que abarcan desde la limpieza de manos hasta los utensilios y superficies de trabajo. El incumplimiento de estas normativas no solo puede poner en peligro la salud de los clientes por intoxicación o alergias, sino que también puede resultar en sanciones legales y, por supuesto, daños a la reputación del negocio.
Además, hay otro aspecto que no se suele tener en cuenta, pero puede ser tan importante o más que todos los anteriores. Promover la limpieza adecuada en entornos donde se manipulan alimentos alérgenos también ayuda a #6. aumentar la conciencia sobre la importancia de la seguridad alimentaria y la prevención de alergias. Esto puede fomentar prácticas más seguras tanto en hogares como en establecimientos comerciales, reduciendo así el riesgo de exposición accidental a alérgenos. La educación sobre alergias alimentarias, incluida la identificación de síntomas y el manejo de emergencias, es crucial para prevenir reacciones graves. Tanto los ciudadanos como los profesionales de la salud y de la industria alimentaria deben estar bien informados sobre las alergias alimentarias y cómo prevenirlas y manejarlas adecuadamente.
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