¿Por qué la ropa no está tan limpia cómo debería?
Utilizar siempre el mismo programa, sobrecargar la lavadora o ponerla con cuatro cosas, no prestar atención a la temperatura del agua, echar demasiado detergente, mezclar prendas de color con otras blancas, o utilizar cualquier detergente… son algunos de los errores más que comunes que, sin saberlo, afectan a que la ropa no se vea tan limpia como debería.
Responsables de la misteriosa desaparición de pequeños objetos, y especialmente calcetines; de la transformación de los colores de las prendas, sobre todo, en las blancas; de la aparición en su interior de otras que no deberían haber sido lavadas; del encogimiento de los jerseys favoritos de cada persona; de la generación de pequeñas, incómodas y antiestéticas bolas en los tejidos; de convertir en todo un desafío el encontrar la pareja de los calcetines… Por cierto, en G2 Green, no podemos explicar a dónde van cuando se pierden, pero sí ayudar a reducir al mínimo posible estos extraños sucesos y, sobre todo, a… ¿Por qué la ropa no está tan limpia como debería o al motivo por el que las sábanas no salen tan blancas como las de los hoteles o las de la vecina?
La gama de productos profesionales G2 Green para lavanderías elimina la suciedad de la ropa, aportando limpieza e higiene; protege los tejidos y mantiene los colores y la blancura; rentabiliza los procesos de lavado; a la vez que protege y cuida el medioambiente.
Efectivamente, las lavadoras son totalmente imprescindibles y en casi todos los ámbitos. Tanto en el profesional como en el doméstico porque, además de todos esos efectos indeseados, lavan la ropa. No hay disgusto más grande que cuando se rompe una. Parece que el mundo se acaba. Simplifican la vida, pero hay que reconocerlo… Sin duda, son uno de los electrodomésticos más curiosos que se pueden encontrar, empezando por su funcionamiento. Lejos de lo que puede parecer no eliminan las manchas. A pesar de lo que indica su nombre no lavan las manchas simplemente las remueven mediante una combinación de agua, detergente y movimiento. Es decir, las trasladan de los tejidos hacia el desagüe después de hacer completado el ciclo.
Errores comunes a la hora de poner la lavadora
Poner la lavadora es sencillo. Está al alcance de todo el mundo, si se lee el manual de instrucciones y, sobre todo, si se compara con las antiguas tablas de lavar. Sin embargo, todavía se producen algunos errores comunes que la mayoría cometen sin saberlo y que pueden afectar no sólo a la calidad de nuestro lavado, sino también a la eficiencia, duración y rentabilidad de la propia máquina. Los más habituales son no usar el programa adecuado; usarla con agua fría o demasiado caliente, mezclar la ropa blanca con la de color; usar demasiado detergente o un producto inadecuado; o poner siempre suavizante… y aquí es donde pueden empezar a encontrarse la respuesta a alguna de las preguntas anteriores. Hay muchos más, pero lo mejor es ir siempre por partes.
#1. Utilizar siempre el mismo programa: ¡Error de principiante! Dependiendo de la marca, modelo, estilo, tamaño y capacidades de la lavadora, tendrá configuraciones particulares para varios tipos de cargas. Por tanto, al comprar una nueva lo primero que hay que hacer es olvidarse de la anterior. Ni todas son iguales ni funcionan del mismo modo. En caso contrario no se llegará nunca a aprovechar al máximo sus capacidades ni se obtendrá el mejor lavado. En general, solo suele haber dos de programas que funcionan a máxima capacidad mientras que los más suaves o rápidos nada más pueden con un par de kilos.
#2. Sobrecargar la lavadora: Por cierto, elegir el programa dependiendo del tiempo que se tenga disponible es un fallo tan grande como llenarla a tope. Algo que se sabría porque apenas se podría cerrar la puerta. Ambos aspectos están muy relacionados. Muy poca cantidad de ropa significa desperdicio de detergente, agua y energía. Es decir, una pérdida de eficiencia y rentabilidad, pero demasiado… puede ser peligroso. No solo la ropa no quedaría bien limpia, sino que además se podría reducir su vida útil. Afortunadamente, lo normal suelen ser tres o cuatro kilogramos de ropa a la vez.
#3. Utilizar demasiado detergente. ¡Está claro! Todo en su justa medida y también con el detergente. Aquí hay dos versiones. Por un lado, los que prefieren añadir un poco más de detergente por lo que pueda pasar y, por el otro, los que son estrictos con la cantidad recomendada. La verdad es que pese a las apariencias no ayuda. Más no asegura mejor limpieza. Además, en ocasiones puede suceder todo lo contrario y ahí puede estar la explicación a por qué la ropa aparece con restos de jabón una vez terminada la colada. La dosis prescrita por el fabricante, o un poco menos, suele ser la mejor para evitar que se forme demasiada espuma que al final se vaya por el desagüe sin servir para nada.
#4. Lavar a igual temperatura: El tercer elemento fundamental del llamado círculo de Sinner de la eficiencia junto al producto y la máquina. ¿Mejor agua fría, tibia o caliente? La verdad es que entre las dos primeras no hay diferencia en el resultado. Tan solo en el gasto energético, pero si se habla de 40ºC para arriba, la cosa cambia y más si se trata, por ejemplo, de prendas de lana. Si bien el agua caliente es efectiva para eliminar gérmenes y manchas difíciles, no es siempre necesario, ya que puede dañar ciertos tejidos y contribuir al desgaste de la ropa con el tiempo. También afectar a los colores…
#5. Mezclar ropa blanca y de color: ¡Qué levante la mano a quien no le haya pasado alguna vez! Abrir la lavadora y que todas las prendas blancas salgan de un color indefinido entre rosa y gris porque dentro se ha colado otra de color rojo o negro. Desastre absoluto y es mucho más frecuente de lo que parece. Las prisas a la hora de hacer la colada, y de casi todo, son malas consejeras. Cuando el tiempo aprieta los errores ocurren y siempre es tentador aprovechar el mismo lavado para todo lo que haya en el cesto. Los profesionales lo saben porque, aunque hay productos en el mercado, la solución es complicada.
Otros aspectos que hacen que la ropa no quede tan limpia como se espera
No acaba ahí la lista de errores porque hay muchos más. ¿Suavizante siempre? Pues, en realidad, es algo que también depende del tejido. Es un complemento que deja un aroma fresco y una agradable sensación de suavidad, pero en toallas y paños de cocina, sin ir más lejos, reducen su capacidad de absorción del agua. También cerrar la puerta entre lavados puede contribuir a la formación de moho y a generación de malos olores, pero de entre todos estos hay uno que destaca sobre todos los demás y es utilizar cualquier producto o detergente. Y, ojo, porque caro la mayoría de las veces no quiere decir mejor.
Por estos y otros muchos motivos, y siempre pensando en simplificar todas las tareas de limpieza, G2 Green ha desarrollado una completa gama de productos de lavandería profesional pensando siempre en cada tipo de tejido y en su composición. Máxima eficacia, al mejor coste y con el mínimo impacto ambiental. Detergentes (gel y polvo), suavizantes, blanqueadores, aditivos y potenciadores, lejías… altamente concentrados en principios activos para obtener los mejores resultados y cumpliendo cuatro objetivos: eliminar la suciedad de la ropa, aportando limpieza e higiene; proteger los tejidos y mantener los colores y blancura; rentabilizar los procesos de lavado; además de colaborar con el medioambiente. ¡También a la hora de poner la lavadora para que todas las prendes queden tan limpias como deberían… Think big, clean green!